Un trabajo liderado por investigadoras del CNIO y del CNIC ha identificado en ratones un nuevo mecanismo por el que la grasa parda puede activarse y consumir energía para ser liberada en forma de calor. El proceso depende de una proteína llamada MCJ que, según las investigadoras, es “una prometedora diana para tratar la obesidad”. Los resultados se publican en la revista Nature Communications.
Medina - Grasa parda
Gema Medina Gómez
Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinadora del grupo de investigación LIPOBETA
Es un estudio de alta calidad y está en línea con los trabajos previos de este grupo. La investigación sobre la función del tejido adiposo marrón, también conocido como grasa parda, como posible objetivo para la prevención y tratamiento de la obesidad, está abriendo nuevas líneas de investigación en enfermedades cardiovasculares.
En la actualidad, se sabe que activar la grasa parda podría prevenir el aumento de peso e incluso reducir el peso en personas con obesidad. Sin embargo, hasta el momento, todos los intentos de hacerlo con fármacos no han tenido mucho éxito. Aunque se ha demostrado que pueden activar la grasa parda, generan numerosos efectos secundarios indeseables, especialmente a nivel cardíaco. Por eso, es importante conocer los mecanismos moleculares que llevan a la activación de la grasa parda. Este artículo, además, aporta novedades al proponer un mecanismo que podría ser independiente de la activación de la proteína desacoplante UCP1, una proteína clásica involucrada en la activación del tejido adiposo marrón. Otros autores ya han descrito estas vías no canónicas de termogénesis independiente de UCP1 (Biochem J (2020) 477 (3): 709–725, no tengo conflictos), y este estudio podría ser una nueva vía que considerar.
[En cuanto a limitaciones] Los estudios de termogénesis y tejido adiposo marrón en animales limitan la investigación a lo que realmente puede producirse en humanos. Sin embargo, estos estudios permiten el conocimiento de nuevas vías metabólicas que aún están por descubrir en humanos. Estas nuevas vías y posibles dianas pueden ser el punto de partida para el desarrollo de nuevos fármacos, como ha ocurrido con los agonistas de receptores de GLP-1 que han surgido en los últimos años para combatir la diabetes y obesidad. Y no solo en la enfermedad de la obesidad, sino también en enfermedades cardiovasculares asociadas a un aumento de tejido adiposo, como puede ocurrir en complicaciones metabólicas asociadas a la edad (esto último lo hemos estudiado nosotros y publicado en la revista Aging Cell).
Conflicto de interés: "He colaborado en algunos proyectos con una de las autoras del estudio".
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio experimental
- Animales
Cicuéndez et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Estudio experimental
- Animales